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El rincón literario: Tropece con tu recuerdo


El día amenazaba dibujando en el cielo negras nubes.

El viento como aliado las empujaba disfrutando el pánico que esto provocaba.

Aun así resolví salir, necesitaba ir a mi lugar, ese que guarda la magia de un refugio, LA PLAZA DE MI CIUDAD. . . ¡Ese es mi espacio, el que escucha mis secretos, enjuga mis lagrimas y disimula mi riza cuando un pensamiento juega en mi mente... Y así observo lo que otros no ven Algunas gotitas traviesas me acarician suavemente, pero esto no me detendría.

Al llegar aun nadie se había marchado, resistiéndose a abandonar aquel pequeño pulmón verde asentado sobre el cemento.

La naturaleza tiene estas cosas , poco a poco cada gota se fue convirtiendo en llovizna .No me molestaba , hice a un lado mi paraguas y sentí en el rostro la mano del cielo.

Que día maravilloso!! No siempre se llora de tristeza, el gris lloraba de alegría.

No se si la gente se detiene a disfrutarla.

¿Por qué será que al crecer las personas esconden al niño que llevan dentro?

No hay mayor pureza que en los sentimientos de ellos.

Sentada en el banco ( al mas puro y genuino estilo indio ) recorrí con la mirada el lugar , tratando de corporizar la niña que guardaba en mi pecho.

Y ME VI! Haciendo olas con el viento, meciéndome en la hamaca que sostenía mis ansias de llegar al firmamento, cada ves me acercaba mas a el.

Cuando se es niño no se tiene miedo a las consecuencias, solo se siente, no se especula solo se cree.

Mi niña ama con inocencia Y TODO es verdad!

No se piensa en el tiempo y las promesas son para siempre, su si, es si y su no, es no.

Me encontré a mi misma sin temor a ensuciarme las manos, los charcos que formaban espejos se expandían dibujando círculos cuando las introduje en ellos.

Tierra y agua. . . Esa es la esencia. Que placer!! Con mis guantes marrones, resbalosos, sentía que transgredía las leyes de los mayores.

Que momento! así son las cosas sencillas.

Mi niña, pequeña, delicada, traviesa! Te encontré, no había desaparecido a pesar de la vida, permanecía allí bailando bajo la lluvia, empapada, indefensa.

Mi ropa no lucia como al llegar, más yo me sentía como una reina, junte flores para adornar mis cabellos, mientras entonaba una canción...

Estaba una paloma blanca
Sentada en un verde limón
Con el pico cortaba una rama
Con la rama cortaba una flor
AY, AY, AY, cuando veré a mí a amor.

Mi pequeña, escondida, reprimida, no te quiero olvidar, enséñame a confiar, a seguir buscando respuestas aunque no las comprenda, a mirar a los ojos sin temor a ver., a observar desde abajo la grandeza de los de más.

A sacarte de la galera cuando sienta temor y lanzarme del tobogán aunque nadie me espere en el otro extremo, a volar colgada de un barrilete no importa cuan lejos llegue... siempre se podrá volver.

Recuérdame que reír no es vanidad, sino ser feliz, tráeme a la memoria no perder la cordura cuando la realidad sea insoportable, a que mis pupilas se agiganten mirando el blanco y no el punto negro.

Que el equivocarme no es imperdonable y que el dolor se atenúa con el llanto, perpetúame que es de íntegros hacer pactos y que siempre es bueno ir de la mano de alguien.

Ayúdame a evocar que solo hay que querer que las cosas sucedan , a insistir una y otra ves aun cuando me falten las fuerzas , a ser siempre franca, a no perder la capacidad de sorprenderme, a perdonar siempre.

Mi niña, no te alejes, permanece en mi. Te confieso con los años muchas lágrimas perdí, y lo más sorprendente es que estas no se agotan nunca, la vida que transité lejos estuvo de ser una llanura, el camino apacible de un bosque o la suavidad de la arena de una playa. Por el contrario fueron montañas con sus cimas muy altas, caminos pedregosos y extensos desiertos. Eso si… de todo se aprende! La mochila que por años cargué la deposite donde debía y llevo mis riquezas, pertenencias y amores en el corazón.

Por que personas que le ponen categoría al amor?

Aun permanezco aquí, es un deleite! Escuchar la música de las gotas lavando las copas de los arboles, cantando al unísono acompañadas con la dulce melodía de cuerdas de violín tocadas por el viento.

La plaza de mi ciudad posee una particularidad, un espacio donde alrededor de un árbol gigante de copa redonda, cobija bajo sus ramas a pájaros y humanos, esta rodeada de bancos para solos o para todos los que buscan Fue allí donde refugio a sus necesidades.

Fue allí donde me encontré a mi misma.

El otoño se deslizó como un pincel sobre el lienzo, es un goce caminar sobre las hojas secas, amarillas, naranjas…Satisfechas de haber vivido intensamente, supliendo las prioridades de los que respiran. Y ahora en su merecido descanso; como el adiós de los que nunca dejaran de amarse…mueren. Pero permanecen dando calor, alegría, embelleciendo el paisaje como una última caricia. Pedacitos de sol esparcidos por el suelo.

Pequeña, para siempre plasmada en el recuerdo, mantente en mí , cuando los tiempos de tristeza o alegría o tal ves de nostalgia lleguen, solo mantente conmigo dándome fuerzas.

Tráeme siempre a la memoria la que fui cuando la vida era una eterna primavera, pues la nieve de los años me han hecho más perceptible y tanto frio ha dejado huellas.

No permitas que olvide los sueños que acune, pues, pues al lugar donde mis pasos me han de llevar, es allí donde deseo estar.

La vida es más sencilla de lo que parece, por eso nuestras mentes tan elevadas no lo comprenden.

Norma del Savi (norma-savi@hotmail.com)
Córdoba, Argentina
Enviado el 21 de mayo del 2011



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