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El rincón literario: Silvia

Pero bueno esto era el colmo, que es lo que estaba diciendo su padre, no podía creérselo. Ya era entrada la tarde de un día caluroso del mes de agosto, cuando empezó todo, así mismo los problemas para Silvia. Estaba toda la familia en la terraza esperando que corriera un poco el aire, hacia un fuerte calor y se agradecía; fue entonces cuando su padre dejo caer la bomba (al menos así le sonó a ella) “hija mía”… empezó con su voz de mando, ¡tendrás que dejar los estudios!, Silvia iba contestar , pero una señal de su madre la hizo callar, y continuo diciendo: haces falta en casa, somos muchos y tu madre no puede con todo, hemos decidido que como tu eres la mayor debes ayudarla y por lo tanto quedarte en casa.

Silvia se quedo sin respiración, vinieron a su cabeza las grandes metas que se había marcado y que no podría cumplirlas, quedándose absorta en sus pensamientos, su padre continuo diciendo: tienes que comprenderlo, no es necesario que estudies, lo importante para ti y siendo mujer como eres, es aprender los quehaceres domésticos, para que el día de mañana cuando formes una familia estés bien preparada, Silvia no daba crédito a lo que estaba oyendo, no podía ser que su padre dijera esas cosas, estoy soñando pensó en su interior, no puede ser, no puede ser se iba repitiendo no, no, pero si estaba despierta y era real ,oh, todas mis ilusiones todo mi futuro, se puso a llorar sin poder controlar su llanto.

Nadie le pregunto su opinión, lo dieron todo por echo, pero bueno, ¿yo no cuento para nada? Se sentía inmensamente mal, la ilusión de su vida eran los libros, los estudios y poder ser escritora e independiente, Silvia lo tenía todo muy claro a pesar que solo tenía 13 años.

Silvia era una niña con una gran personalidad, cualidades que sus padres no entendían tenía una mentalidad antigua, los niños una carrera y las niñas amas de casa, ¡pero bueno! Como es posible que no crean en mi? Se preguntaba, yo quiero estudiar ya aprenderé los trabajos de ama de casa, pero no quiero perder este valioso tiempo de estudio y reflexión, ¿Por qué? están equivocados se decía y se repetía a cada momento para convencerse ella misma.

Se sentía muy mal, aquellos tiempos eran muy diferentes a los actuales, estaba bajo el yugo del patriarca, que era el padre, si eras buena hija tenías que obedecer en todo, aunque destrozabas todas tus ilusiones.

Silvia tenía cuatro hermanos, tres niños y otra niña más pequeña, a los niños no les faltaron unos buenos estudios; con el tiempo todos tuvieron una carrera.

Todo siguió como el padre lo dispuso, Silvia ayudaba en casa en el cuidado de sus hermanos pequeños, cuando tenía un rato libre se dedicaba a leer y escribir, poco a poco se fue formando y adquiriendo una sólida cultura.

Pasaron los días, los meses y los años sin haber ningún cambio, Silvia cada día que pasaba iba aprendiendo mas, un día se decidió, escribió una historieta y así continuo escribiendo una tras otra, no sabía que haría con ellas, era como una necesidad, como si una fuerza extraña le empujara hacerlo.

Un buen día y sin pensarlo dos veces llevo uno de sus escritos a una pequeña editorial, estuvieron algún tiempo sin decirle nada, pensó que no debía ser buena, hasta que recibió una llamada de la editorial, ¡séla iban a publicar! En una pequeña revista local ¡no podía creérselo!, para ella fue el inicio y siguió escribiendo, cada mes en la revista salía publicada una de sus historias y así poco a poco empezó a ser conocida en el mundo literario ganándose fama y prestigio.

Silvia fue convirtiéndose en una joven bastante madura por su edad, era una mujer fuerte y orgullosa, con su esfuerzo y perseverancia estaba logrando lo que en su niñez se había propuesto.

Sus padres no podían creerse lo que había logrado su hija, su niña, ella sola sin ayuda de nadie. Se preguntaban ¿cómo lo ha conseguido?, y se reprochaban un día tras otro lo que habían echo, pero Silvia les decía que no tenían que sentirse culpables, ella entendía que en aquellos momentos realmente era necesaria en casa, pero no dejaba de pensar que se podían haber planteado la cosa de otra forma para que hubiera tiempo para todo.

Con el tiempo y una buena fuerza de voluntad se consiguen muchas cosas, Silvia supo seguir el mandato de su padre sin protestar, al final tuvo su recompensa, sintiéndose inmensamente feliz, primero por haber obedecido en todo a su padre y después por haber logrado la gran ilusión de su vida, “ser escritora”.

Trascurrido algunos años Silvia escribió un libro donde relataba parte de su vida, fue un gran éxito.

No hay que rendirse nunca y siempre seguir el camino que te has marcado, aunque tengas tropiezos y sufrimientos al final tienes tu recompensa.

María Teresa (mtererovira@hotmail.com)

Enviado el 11 de enero del 2009


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