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El rincón literario: Claudia

Por fin, por fin, se repetía Claudia, hoy le habían entregado su deseado titulo como licenciada en Física, para ella era la máxima ilusión de su vida, desde muy pequeña se lo había propuesto, tuvo muchos obstáculos, lucho con ganas, al final tuvo su recompensa, todo empezó así:

Claudia era la única hija de un famoso abogado de gran prestigio, desde muy pequeña le inculcaron la idea que tenia que continuar con el bufete de su padre, por lo tanto tenía que estudiar Derecho, cosa ya tradicional en su familia, se lo iban pasando de padres a hijos durante muchas generaciones, al no tener hijos varones le tocaba a ella continuar con la tradición familiar, sin tener derecho a protestar, era como un obligación, esto le amargo su niñez y parte de su adolescencia.

Continuo con los estudios de Derecho, cuando cumplió 19 años pensó que al mismo tiempo podía intentar hacer lo que realmente le gustaba, sin pensarlo dos veces ni consultarlo con nadie se matriculo en la universidad de Física, fue llevando las dos carreras al mismo tiempo, tuvo que sacrificarse mucho no se permitió ni un momento de descanso hasta los 26 años, sin poder disfrutar de su juventud, pero ahora tenía lo que más había deseado en la vida, de aquí para delante no sabia como se lo plantearía.

Cuando Claudia termino la carrera de Derecho dos años antes que la de Física, su padre la incorporo al trabajo para que se fuera acostumbrando poco a poco, entonces aun lo tenia mas difícil, pero como bien se dice (Dios aprieta pero no ahoga) pudo continuar hasta terminar sus estudios con gran orgullo.

Después de haber luchado desesperadamente para conseguirlo y haberlo logrado tenía el problema de cómo decírselo a sus padres. Un día después de comer estando todos sentados alrededor de la mesa, se armo de valor y sacando todas sus fuerzas, empezó diciendo que era muy feliz, hasta ahora había conseguido todo lo que había deseado durante sus 26 años, los padres la miraban fijamente sin comprender, esperando que dijera lo que ellos querían oír “estoy enamorada” esto es lo que deseaban escuchar, su asombro fue increíble cuando puso un documento encima la mesa, nadie se atrevía a mirar, Claudia lo dejo caer en las manos de su padre diciendo: para poderte entregar esto he luchado durante muchos años, supongo que lo aceptaras pensando que me sacrificado mucho para conseguirlo, te obedecido en todo sin protestar, nunca te has parado a pensar si me gustaba lo que estaba haciendo, tu has decidido por mi y yo he procurado obedecer y que estuvieras orgulloso, de repente se quedo callada con los ojos cerrados esperando la reacción de sus padres.

Pasaron unos segundos para Claudia fueron interminables, su asombro fue enorme cuando el padre se levanta de la mesa con los ojos llenos de lágrimas y abriendo los brazos en los que Claudia corrió a refugiarse, estuvieron un gran rato unidos en silencio, luego el padre la separo un poco diciendo: ¡hija mía!, ¡hija mía!, ¡Cuánto has sufrido tu sola! ¿Por qué no has hablado? ya sabes que para mi lo mas importante eres tu. Claudia no podía creer lo que estaba escuchando, pensaba que mal había juzgado a su padre, nunca se llego a figurar que reaccionara así, ahora era ella que no sabia hacer, paso un buen rato estando los dos unidos en silencio.

Claudia al ver la reacción de su padre pensó que después de todo no era tan importante, el miedo y respecto le hizo exagerar, quizá si hubiese hablado todo se hubiese solucionado, ahora ya era tarde para pensar, de momento tenia dos flamantes carreras, después de todo no era tan malo seguir con la tradición familiar, se repetía una y otra vez como si quisiera convencerse, por empezar se tomaría unas vacaciones y luego entre todos decidirían, por el momento disfrutaría de su juventud, quizá se enamorarse y formara una familia, quería dejar de pensar y el tiempo decidiría por ella…….

María Teresa (mtererovira@hotmail.com)

Enviado el 23 de junio del 2009


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