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El rincón literario: El tiempo

El paso del tiempo es uno de los aspectos mas importantes de nuestra vida, algunas veces para bien y otra para mal, en nuestra historia tuvo que pasar mucho para que todo terminara bien


Este relato cuenta la historia de un niño nacido en Argentina. Sus padres emigraron a América junto con otro de pocos años de edad.

Aproximadamente en el año 1909 muchos matrimonios emigraban hacia el Continente Americano en busca de fortuna, este fue el motivo de que Oscar naciera allí. Sus padres se embarcaron en una gran y peligrosa aventura sin detenerse a pensarlo, ya que se hallaban en una difícil situación con un hijo de pocos años y otro a punto de nacer.

En aquellos tiempos el viaje hacia América era muy largo, solía durar una media de 28 a 30 días aproximadamente navegando a través de los mares.

Una vez en Argentina se instalaron en una ciudad llamada Santa Fe, allí fue donde Oscar vino al mundo.

Compraron una preciosa casa en las afueras de la ciudad, donde Oscar pasó sus cuatro primeros años rodeado del cariño de sus padres y hermano, todo lo que un niño de esta edad puede desear.

De Santa Fe, tuvieron que trasladarse a otra ciudad por motivos del trabajo llamada Rosario, allí Oscar empezó asistir al colegio conviviendo con otros niños de su edad hasta cumplir 14 años.

Los padres cada día que pasaba echaban más de menos su patria, España. Como habían juntado una fortuna, decidieron regresar para poder disfrutar de ella y para que sus hijos conocieran el lugar de donde realmente provenían.

Pasaron unos años, el pequeño Oscar se había convertido en un apuesto joven de 20 años, en el lugar donde residía era conocido como “el americano” a el le gustaba que le llamaran así, hacia que se sintiera importante.

Por aquellos tiempos conoció a Lidia, una joven dulce y bonita, nada mas verla se enamoro sinceramente de ella, sus padres pusieron el grito en el cielo (como vulgarmente se dice), consideraban que era poca cosa para su hijo, no tenía una buena posición social y ellos en cambio por la fortuna hecha en América gozaban de la misma.

Los dos jóvenes enamorados no haciendo caso de las advertencias de sus padres, en las cuales les prohibían que se siguieran viendo, se juntaban a escondidas en lugares apartados, los problemas por si fueran pocos fueron aumentando, Lidia se quedo en cinta.

Al enterarse los padres de Oscar de la nueva situación en que se encontraban, hicieron lo imposible para separarlos, arreglaron los papeles y la documentación necesaria, moviendo todo tipo de hilos para que su hijo nacido en América fuera llamado a cumplir el Servicio Militar en ese continente, por lo que el joven Oscar sin poder hacer nada, tuvo que embarcarse dejando sola a la dulce Lidia, ella fue fuerte y sin la ayuda de nadie prosiguió con su embarazo hasta que dio a luz un hermoso niño.

Las penas y desgracias no se acaban, cuando el niño contaba un poco mas de un año cogió una terrible enfermedad, “Meningitis”, por mas que lucharon los médicos para salvarle la vida murió, dejando sola a Lidia con una profunda depresión.

Fue trascurriendo los días y los meses y al cabo de cuatro largos años, Oscar por fin pudo regresar. Una vez en España, sus padres pensaban que su historia con Lidia solo seria un recuerdo del pasado, no fue así, durante todos estos años no paso ni un solo día que no pensara en ella.

Oscar al llegar a España lo primero que hizo fue ir en busca de Lidia, al encontrarla se casaron, Fue una boda triste, sin familia, sin amigos sin que nadie pudiera ver el gran amor que se procesaban.

Pasaron dos años, tuvieron otro hijo, pero los padres de Oscar seguían sin querer saber de ellos, y sin conocer a su nieto.

Fueron trascurriendo los días los meses y los años, al final los padres se hicieron mayores y empezaron a comprender que con sus ideas y tozudez perdieron un tiempo precioso que no se recupera, todo fue debido a las diferencias sociales muy marcadas aquellos años, pidieron perdón dedicándose el tiempo que les quedaba de vida a sus hijos y nieto, pero sin poder dejar de lamentar los años perdidos por su terquedad.

Aunque tarde todo acabo bien, nunca hay que dejar pasar el tiempo sin perdonar, pasaron muchos años, sin poder abrazar a su hijo ni a la familia de este, esto es tiempo perdido que nunca vuelve

María Teresa (mtererovira@hotmail.com)

Enviado el 3 de febrero del 2009


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