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El rincón literario: Desde el ayer


No es cierto, no puede serlo cuando pasó cómo fue un minuto y ya no recuerdo dónde estaba ni quién era quiero levantarme del suelo dónde yazco pero mis músculos no responden están rígidos no obedecen a mi conciencia trato de mover mis manos mis pies mi cuerpo pero no logro sentir nada hay una lejana explosión que todavía zumba en mis oídos no se si es de noche o de día algo puedo recordar si me esfuerzo mi nombre, pero cómo es que me llamaba?...fueron unos instantes hasta que empecé a sentir que podía moverme aunque más no fuera un poco… y que era toda esa ruina a mi alrededor? Porqué no puedo recordar?

Voy a intentar incorporarme me veo en una habitación oscura levemente iluminada por un destello de luz que emerge desde una ventana destruida… hay frente a mí un espejo…Qué es todo esto?

Recordaba esa tarde, la última de la que tenía un vivo recuerdo...luminosa, el sol pegaba en los ojos y producía pequeños pinchazos de calor y luz. Ella se dirigía al departamento de su amigo, caminaba por las calles como atontada, aturdida por el ruido de los autos y la gente, se abría paso desde su miedo a los lugares donde se producen grandes amontonamientos… iba a encontrarlo sorpresivamente, pues no se lo había anunciado, sería una visita sorpresa . Algo le hacía sentir que la relación se estaba agotando, que ya no podían compartir con la misma intensidad de los comienzos, pensó que lo mejor era cambiar un poco la pequeña rutina que se había creado entre los dos…en fin.

Había desde hacia varios días anuncios alarmantes desde las radios y televisores. Hablaban de una posible catástrofe ambiental o algo así…no era suficientemente clara la información…algo extraño se había producido en la atmósfera que había vuelto extremadamente peligrosa y posible una reacción de la naturaleza ante los humanos. También se hablaba de experimentos humanos dónde se mezclaban pedazos de cuerpo y máquinas, como una forma de probar una resistencia a los cambios que podrían avecinarse. Esto había traído muchas polémicas y discusiones, pero se creía que se avanzaba en ese sentido.

Ella, indiferente a la feroz y absurda realidad, sólo podía pensar en su pequeño mundo que se desmoronaba, que se hacía pedazos sin que ninguna atmósfera fuera la causante de tanto dolor.

Su cuerpo, antes tan intenso y vibrante, sentía la corrosión de algo que se precipita a la nada. Estos pensamientos la hacían apresurar aún más su paso, el corazón en la mano, los oídos apunados y la cabeza como ahogada, sin oxigeno.

Dónde está el sol? Todo está oscuro veo a lo lejos un destello de luz artificial esto parece un sótano…ese olor terrible me mata pero no logro moverme no siento mis músculos mis brazos nada…apenas si puedo respirar y es así que una bocanada de aire maloliente entra a mis pulmones no puedo entender nada…cuanto tiempo llevo en este estado? No lo sé, dónde hay alguien a quien pueda preguntarle? Quien sabe...en esta soledad trataré de recordar.

Había tenido momentos tan intensos con él, su piel se estremecía de verlo, y cuando la acariciaba lentamente…con fuerza, firmeza, sus senos, sus muslos…solo recordarlo la estremecía…el dolor cuando el la poseía, dolor y alegra, gozo intenso. Pero en esa tarde debía resolver quien sabe que cosa que a ella le angustiaba mucho.

Lo sentía lejano, distante desde hacia un tiempo. Subió corriendo las escaleras hasta su departamento, luego una puerta que se abre, dos cuerpos entrelazados…la furia, la impotencia contenida, un grito que se ahoga en la garganta y no logra salir, luego una explosión, sus ojos asombrados logran mirar su mano extendida, teñida de pólvora. No hubo tiempo para más nada, un fuerte sismo y todo acabó.

Ahora intento moverme con esfuerzo lo logro la oscuridad no me deja ver absolutamente nada…sólo ese extraño hilo de luz que penetra por una hendija…y allí el horror…Mi cuerpo no es el que se refleja…no logro reconocerme entre medio de todos esos hierros y alambres sólo mi rostro reconozco en esa figura deforme…el de siempre el que no me engaña…con mis ojos cargados de sueño y tristeza, mi boca rota por suspiros frente a la nada, mis mejillas llenas de dolor y de rabia…lo reconozco es todo lo que queda de mi patética existencia..lo más verdadero y lo más terrible, pero por qué será que aún mi alma sigue llorando?

Pía Jaime

Maria Alejandra Bustamante (mariaalejandrabustamante@gmail.com)

Enviado el 4 de noviembre del 2008



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