Autor: Volskiervers Fuente: https://www.polseguera.com/writers/writing-842_balado-segunda-parte.html Balado (Segunda parte) En una pequeña localidad… en una vivienda...en su interior… con puertas mugrientas. Casa fría, algo destartalada, sin paso de escoba, ni de fregona. Sin el hábito de dejar las ventanas abiertas para la ventilación, ¡jamás!; eso nunca sucede en esa casa. Ahí dentro, a la mesa, el señor Margario, que está sentado, y tiene una lata de comida, como un menú ya listo para ingerir. Con la cuchara va a vaciar el contenido sobre un plato..., pero algo sucede en ese instante….algo que no le deja...pues se oyen unos golpecitos allende la puerta, alguien toca que llama, quien sea toca con los nudillos. Suenan débiles golpes prudentes, casi respetuosos, como si intimidados. Alguien pide paso, ábrase la puerta, quien sea quiere entrar. ¿Pues quién debe ser? Aquende la puerta, Margario mira como si quisiera ver a través de la madera, de su grosor. Ha de levantarse para atender la solicitud de paso. Sin embargo el hombre se extraña, no es frecuente que reciba visitas tal señor. Ya se ha levantado, camina en dirección a la puerta… Se acerca, ya casi está... Alarga la otra mano, abre y… Buenos días, ¿es aquí dónde vive Balado?" Eso escuchado, para las entendederas de Margario ha sonado ha sido, una pregunta directa, en frío, sin prólogo ni preliminares; a boca de jarro. En la puerta…, quieta, permanece una joven de estatura media. Parece llena de timidez, retraída parece, es lo que par... El hombre, extrañado, la interpela: "¿cómo sabe usted que aquí está Balado?" La joven, con temple y moderación, y recatada pero eficaz: "lo he leído en la red, en internet, su historia está publicada en la red". Margario no puede salir de la extrañeza, aún no: "¿Inter… qué?" La ignota advierte sobre la mesa una navaja...y : "¿internet?…, es una arma de doble filo", y para complicar o no las cosas se le ocurre también añadir " una cerradura para cualquier puerta", "una tecla a lo desconocido". Sigo sin entender"… Margario no pestañea, vive aislado en su armadura, su mundo, aislado en sus ideales, opiniones, convicciones…que utiliza…. para aislarse y protegerse. La ignota entiende que debe intentar articular la definición, la joven entiende que está ante una persona complicada... Es…. algo así como una frecuencia, parecido a una onda de radio…". Parece que Margario quiere desentenderse de lo que se habla allí. Tan sólo pretendía ingerir su comida de lata, y una joven desconocida, casi intrusa, le habla de cerraduras que… "No sé si la entiendo". La joven había dejado muy cerca de la entrada su vehículo… y además no parecía estar dispuesta a explicar lo que es una red, un router, una zona con cobertura, así que..."Señor, vengo a preguntar si me regala a su perro". "Lleva ocho años aquí encerrado sin salir, ¿no es así?" Oiga señorita, ¿cómo sabe el tiempo que lleva aquí este perro?". Se ha publicado en internet", vuelve ella a la misma referencia. ¿Otra vez ese nombre extraño…?" El señor Margario… permanecía abrumado aunque pretendía aparentar que no, que como él allí estaba en su terreno, que allí era fuerte, allí seguro y protegido... Y para proceder así, para aparentar, procuraba abortar o reprimir su extrañeza; procuraba no alargarla demasiado. La muchacha acababa de preguntar, y la respuesta no llegaba… Al ver lo que veía se reafirmó en marchar de allí lo antes posible. Y Margario por fin se manifestó a través de una… "Vamos a ver, ….ese perro inútil...la verdad es que estoy hasta la mismísima hartura de ese bicho…así que… Bueno, vale.", dijo el hombre con algo de condescendencia… Y cedió a la intención de la joven de cara seria y algo incomodada. Accedieron al patio, Balado estaba sentado, y miraba a la ignota…parecía que la miraba con atención, su rabo de dos palmos y poco más se movía de un lado a otro, pero con debilidad, parecía un animal como desgastado de tantos años en mala compañía, cansado de vivir de modo tan cerrado….sin poder meter el hocico en los matorrales... La ignota lo liberó de la influencia de aquel hombre. La ignota, que no quiso decir su nombre, se mantuvo en silencio mientras liberaba al animal, animal que hubiese podido vivir de otro modo más aceptable si hubiese estado con una persona más responsable y competente. Balado nunca ha salido a correr ni olisquear los matorrales, así que su peso… y Margario en ningún momento se ofreció para ayudar a subirlo en el interior del automóvil... Por fin salieron de allí, sitio lugar que algunos medios llaman "Idílico lugar para descansar, para tomarse unas vacaciones y desconectar…" Y mientras el vehículo se alejaba, se veía la silueta de aquel animal sentado mirando al frente, con toda aquella inocencia animal tan maltratada, inocencia impunemente amenazada... Final.