Autor: EL POLACO

Fuente: http://www.polseguera.com/writers/writing-624_retratos-de-proceres.html


Retratos de Proceres

Retratos de Próceres

 

José de san Martin es uno de los principales héroes argentinos, y por eso se lo conoce como “El padre de la patria”. Su lucha y hazañas despiertan interés en muchos rincones del mundo.

Entre sus logros más importantes esta el “Cruce de la cordillera de los Andes”, y la liberación de Chile, en las batallas de Chacabuco y Maipú. También utilizando una flota organizada en Chile, en la ciudad de Lima, declaro la independencia del Perú en 1821.

Fue el argentino más representativo, el más querido y admirado. Revolucionario y héroe nacional de la Argentina, Chile y Perú.

El recuerdo del general José de San Martin está presente en todo el país a través de calles, avenidas, plazas, escuelas, regiones, y hasta teatros y clubes deportivos, que llevan su nombre.

Nació el 25 de febrero de 1778 en la localidad de Yapeyu (corrientes), y es considerado “El padre de la patria” de la nación Argentina. Fue junto a Simón Bolívar uno de los dos libertadores del continente Americano.

Logro junto con O’Higgins, la libertad de Chile y la de Perú, delegando posteriormente la lucha en Bolívar, y retirándose a Europa donde moriría en el año 1850.

“Una de las anécdotas más famosas de San Martin sucedió con un centinela de guardia, que tenia órdenes de no dejar pesar al polvorín del regimiento con botas herradas y espuelas, por motivos de seguridad. Para probarlo, el mismo San Martin fue dos veces con ese calzado, y en ambas ocasiones, fue detenido por el cabo”.

La familia San Martin llego primero a Cádiz. Luego viajaron a Madrid, y luego se dirigieron a Málaga, donde el pequeño José Francisco pasó varios años de su infancia.

Era un chico como muchos otros. De bebe le cantaban canciones. Quería jugar a lo que jugaban sus hermanos. Le gustaban los animales y los bichitos de luz.

A la edad de cinco años el pequeño José Francisco, sus padres, y sus cuatro hermanos se trasladaron a Castilla.

El 21 de julio de 1789, en el año de la Revolución Francesa, el todavía niño San Martin comenzó una carrera que lo llenaría de gloria a través de los años.

Entro como cadete en el Regimiento de Murcia comenzando su trayectoria militar a los 11 años de edad.

“Le gustaba mucho jugar al ajedrez y era muy difícil ganarle. Tocaba muy bien la guitarra y cuando los avatares de la guerra lo permitían, daba improvisados conciertos para sus compañeros. Era aficionado a la jardinería y a la construcción de muebles”.

El bautismo de fuego se dio a los 13 años, en la campaña castellana en África, contra los moros en Melilla, y después en Oran, ciudad en la que vivió el asedio del enemigo durante más de un mes de combate.

Su conducta heroica le valió el respeto de sus colegas. En junio del 93 fue ascendido a subteniente segundo por sus acciones contra el ejército de Francia en los Pirineos.

En 1797 a bordo de la Fragata “Santa Dorotea”, aprendió las artes de los combates navales enfrentando a la Inglaterra del célebre Almirante Nelson.

En 1798 en la misma nave, y en el puerto de Tolon, San Martin conoció personalmente a Napoleón Bonaparte.

En 1802 se desempeño en la llamada “Guerra de las Naranjas” contra Portugal.

A los 22 años siendo ya teniente estuvo a punto de morir cuando fue asaltado por cuatro bandidos  mientras regresaba de una misión de reclutamiento de tropas en Valladolid.

“Lo interceptaron en una zona boscosa y le quitaron una valija con 3.500 reales destinados al pago de la tropa. Los asaltantes le hirieron la mano, le clavaron una estocada en el pecho, y lo dejaron tirado y desangrándose en el camino. Un general de nombre Francisco Negrete paso por allí y lo rescato”.

En junio de 1808 con 27 años fue ascendido a capitán tras su desempeño contra las tropas francesas en la batalla de Arjonillas en Andalucía.

En julio de 1808 se produjo la primera derrota en la historia de un ejército Napoleónico en campo abierto. Fue la batalla de Bailen donde participaron cuarenta mil hombres a la cual se la llamo la guerra de Independencia de Castilla.

En 1810 el teniente coronel José de San Martin pidió la baja del ejército castellano para atender asuntos familiares en Lima. Era una excusa para regresar a su tierra.

Al arribar a Buenos Aires el 9 de marzo de 1812 el entonces teniente coronel comprobó el difícil estado en que se encontraba la organización militar de las Provincias Unidas del Rio de la Plata, alzadas en armas contra el ejército realista como consecuencia de la Revolución de Mayo que había estallado en Buenos Aires en 1810.

San Martin ofreció sus servicios y el 16 de marzo de 1812 el primer Triunvirato le otorgo el grado de teniente coronel de Caballería y lo nombro Comandante del Escuadrón de Granaderos.

En la mañana del 8 de octubre de 1812 el regimiento de granaderos a caballo, comandados por San Martin, y acompañados por miembros de la logia Lautaro, y otros cuerpos militares, se reunieron en la plaza de Mayo, y haciéndose eco del descontento popular derrocaron al Primer Triunvirato, exigiendo un “Cabildo abierto”, y un cambio de gobierno afín a las ideas de la logia y la sociedad patriótica.

Fin de la primera parte.