Autor: Jose Mira Torregrosa

Fuente: http://www.polseguera.com/writers/writing-584_la-cultura-de-la-impunidad.html


La cultura de la impunidad

Esta es la época de la cultura de la impunidad. Lo que está pasando en Palestina o en Guantánamo o pasó con la segunda guerra de Irak por citar solo unos ejemplos pone de manifiesto que algo falla a nivel sistemático en la política mundial y en las sociedades. Cuando hay un atentado terrorista en París, en la tele dicen: “Todos somos París”. Sin embargo, nadie proclama a los cuatro vientos: “Todos somos Palestina”.

Esa cultura de la impunidad llega a salpicar a algunos elementos mediáticos y a las gentes en otros aspectos. Era un programa de TV que se emitía de noche, Crónicas Marcianas, rey de las audiencias. Buscaron a una pareja de novios muy singular que había roto: Él era un curandero que recetaba verduras a personas enfermas de cáncer para que trataran su grave enfermedad y ella era una mujer de buen corazón y muy ingenua. A él le dijeron que le iban a dar una sorpresa, y vaya si se la dieron, le vendaron los ojos, lo llevaron a una playa, ataron el extremo de la cuerda a una lancha y el otro a su cintura y lo arrastraron durante cinco minutos por el mar. Se le dislocó un hombro, sufrió una lesión en la columna y casi se muere ahogado y le da un infarto. A ella la engañaron, le grabaron y le promocionaron un disco para que una audiencia ruin y de baja estofa se burlara de sus ilusiones. Habían dejado de ser seres humanos, la televisión los había convertido en un producto televisivo hasta el punto de que ni siquiera un juez o fiscal que viera esa basura denunciara, al menos, la tentativa de asesinato que casi le cuesta la vida a una persona. Luego a ese hombre supongo que de algún modo muy “elegante” alguien le cerraría la boca. Nada hay más sexi que el olor del papel lleno de microbios. Se sabe poco de él, y a su exnovia, obvio es, nadie le volvió a grabar un disco aunque en ocasiones entrevistaran a su madre, a quien también engañaron, para que la gente se burlara de los sueños de esas desdichadas mujeres. Es lo más vil y mezquino que he visto en la tele: hacer reír y reírse a costa de alguien. Lo más asombroso es que a los fenómenos de Crónicas Marcianas, que debieron haber pasado una temporada en prisión por un intento de asesinato o al menos haber sido repudiados por la sociedad por convertir en objeto de burla a una mujer ingenua y a su pobre madre, se los rifan en los platós de televisión. Son gente muy querida y respetada por el pueblo castellano.

Solo puedo decir para cerrar este artículo que aunque a la gente le parezca lo más normal del mundo, la cultura de la impunidad es muy peligrosa: la tele tiene carta blanca para ridiculizar o incluso asesinar a seres humanos y los gobiernos tienen luz verde para hacer guerras sin motivo, cometer exterminios, torturar y privar a miles y miles de personas de su condición de seres humanos.
 

19-8-2021