Autor: Miquel Molina i Diez

Fuente: http://www.polseguera.com/writers/writing-349_algunos-chistes-viejos.html


Algunos chistes viejos

Ahí van algunos chistes viejos:


Un niño va a la carnicería y le dice al carnicero: "Ha dicho mi madre que me dé una peseta de jamón". El carnicero le responde: "Dile a tu madre que venga y que chupe el cuchillo".

- Señor, ¿me puede dar la hora?
- Lo siento, pero se la acabo de dar a aquella señora.

Un melenudo y barbudo para en una gasolinera, y le pregunta al gasolinero: "¿Cuánto me falta para León?". El gasolinero le responde: "El rabo, amigo!"

Eso es un andaluz que llega a un hotel, y pregunta si hay habitaciones libres. El recepcionista le responde que sí, pero que no se la puede dar hasta las doce, y que son las once. Le invita a sentarse en el hall (anglicismo que se pronuncia jol y significa vestíbulo). El andaluz le responde que prefiere quedarse allí a la jombra.

Un ciudadano llama a la central de inteligencia y dice: "¿Es ahí la central de inteligencia?"
"Eeeeh, eeeh!", le responden.

¿Qué es una oreja?
Sesenta minutejos. (Juego de palabras entre horeja (de hora) y oreja (parte de la cara))

¿Y una bandeja? ¿Qué es?
Un grupo de musiquejos.

Una vendedora de productos cosméticos Avón, llega a una casa, toca el timbre y le abre la puerta un niño pequeño. La mujer dice: ¡Avón!
El niño pequeño se queda mirándola con la mosca detrás de la oreja, y le dice: ¡Y tú uta!

Un gangoso entra en una tienda de comestibles, y pide un yogur. El tendero le pregunta: ¿Danone? El gangoso le responde: ¡Danone va a ser! ¡De la nevera!

¡Oye! ¿Qué te parece que se casen los curas?
Pues me parece bien. Si se quieren.

Hoy he recibido un correo con un chiste que me ha gustado, ya que es un juego de palabras, así que lo incluyo aquí:
Eso es un párroco que le pregunta a un niño lo siguiente: "Hijo, ¿quieres ser cristiano?". El niño responde: "No. ¡Prefiero ser Messi!".
Por si alguien no lo sabe, Cristiano es un jugador de fútbol, al igual que Messi.

-¡Ave, César!
-¡A mí no me llames pajarraco!

En el año 1968 una pareja de franquistas se casa tras diez años de noviazgo, y en la noche de bodas ella se enfada porque su marido olvidó comprarle el loro que le prometió. Eran las dos de la madrugada, y ella se acuesta junto a su marido sin braguitas y con un camisón transparente. Nunca antes habían hecho el amor porque ella era muy chapada a la antigua. Su marido, al ver aquella preciosidad de mujer casi desnuda, se pone muy cachondo, pero ella le dice que hasta que no le comprara el loro no iban a tener sexo. Él piensa: "¿Dónde demonios compro yo un loro a estas horas?" Entonces, tiene una idea, y va a un puticlub que frecuentaba muy a menudo, en el que había un loro, y le pide a la dueña que hiciera el favor de dejarle el loro. A la mañana siguiente tenían una recepción con amigos del régimen. Todas las petardas de las mujeres estaban fascinadas con el loro, y no paraban de decirle cosas, pero el loro no decía nada.
Una de ellas dice: "Este loro no habla. ¡Menuda mierda de loro!"
El loro se mosquea y dice: "Las putas son nuevas, pero a los tíos los conozco a todos."

Corría el año 1950, la homosexualidad estaba perseguida, y en un pueblo de Andalucía dos chicos adolescentes se estaban morreando en un parque público. En eso, llega una pareja de guardia civiles con muy mala leche, y les dice: "¿Se puede saber qué hacen ustedes?"
Uno de los jóvenes contesta: "Miren, señores guardias... Es que nosotros semos maricones."
El guardía civil con más mala leche grita: "¡Se dice 'somos', cojones!"
Los adolescentes asombrados replican: "¡Ustedes también!"