Autor: EL POLACO

Fuente: http://www.polseguera.com/writers/writing-273_el-dia-que-me-converti-en-esclavo.html


El dia que me converti en esclavo

El día  que me convertí en esclavo


Mi caballo caminaba con lentitud
Por la inmensa orilla del mar
Un infinito desierto de sal y agua
Donde los misterios de los espíritus nacen

A veces me sentaba en la orilla
Y me dejaba estar horas y horas
Solo, tan extrañamente solo
Como una piedra en la playa

El viento era agradable en la piel
Así como también el trueno intenso
Y sin fin de un mar palpitante
Que me daba felicidad en mi soledad

El pescador era un hombre viejo y rugoso
Llevaba una red sobre los hombros
Caminaba con pesadez sobre la arena
Y parecía que estaba muy cansado

Tienes algún rumbo me pregunto
O marchas hacia la aventura
Mis sandalias son mi brújula le dije
Y ellas me guían hacia lo desconocido

Veo en efecto, que eres forastero
Hacia allí están las islas sin reyes
Son pequeños peñones solitarios
Donde nadie vive, excepto gaviotas y piratas

Son moradas de perros ladrones del mar
Parricidas, sacrílegos y homicidas
Están todos malditos por los dioses
Y surcan los mares robando y matando

Capturan hombres y mujeres jóvenes
Los venden como esclavos o
Los encadenan al remo de sus naves
Lo que no pueden robar, lo queman

El rey se volvió un hombre pequeño
Que se encierra en la torre de su fortaleza
Y deja que la carroña del mar
Destruya como la langosta y la tormenta

Por eso te aconsejo, que desvíes tu camino
Soy demasiado viejo y pobre
Y creo que no siquiera me ven
Pero tu caso es diferente

Eres joven y de gran estatura
Tu eres de grandes músculos
Y podrían venderte como esclavo
O usarte de remero en sus barcos

Decidí no desoír al anciano
Y me aleje del sendero de la playa
Divise un bosquecillo y hacia allí
Fui para otear el horizonte

Sin embargo me confíe mucho
Y al instante los perros me atacaron
A pesar de estar en inferioridad
Sentí placer al enfrentarme con ellos

Enloquecí de furia en la batalla
Los golpee con rabia porque no quería ser capturado
La pelea era frenética y sentí el hedor de sus cuerpos
Pero fui capturado y me llevaron a su guarida

Al no tener nada que hacer
Pues mis ligaduras eran perfectas
Me dedique a observar a los piratas
Que llenos de jubilo gritaban su alegría

Cuando oscureció encendieron grandes hogueras
Comieron, bebieron, y gritaban su barbarie
Tirado en la húmeda arena
Podía oír sus alaridos y sus risas

Fui confinado y encadenado en un barco
Sentí entre mis manos el lustroso remo
Es inútil luchar contra el destino
Y me entregue a la vida de remero

Encadenado al remo perdí todo
La noción del tiempo se esfumo
Mis manos se agrietaron y sangraron
Luego se volvieron duras como la piedra

Nunca nos soltaban, excepto en tierra
Dormíamos y comíamos en el banco
Tenia otro compañero atado al banco
Pero un día murió y lo tiraron al mar

Mi barba y mis cabellos habían crecido
También la costumbre de no hablar
Había dejado de ser un hombre
Para convertirme en un esclavo del remo

Ese día comprendí el peligro
Debía evitar caer en el estupor y la pesadez
Un día otro compañero de mi banca murió
Y fue nuevamente arrojado al mar

En un descuido del capataz
Robe su hacha de la canasta
Y la guarde esperando  la oportunidad
De poder usarla para escapar

El barco era atacado por otra nave
Y se escuchaban rumores de batalla
Luego sentí un choque terrible
Y un coro de alaridos espantosos

Vi. como los piratas saltaban a la otra nave
Tome el hacha y di dos terribles golpes
Y la cadena salto destrozada
Volvía a ser libre y tenia sed de venganza

Solté a los demás prisioneros
Y con toda mi furia encabece la rebelión
Me siguieron como un vendaval
Blandiendo sus cadenas, tenazas y garfios

Parecía un pesadilla de terror
Hombres macilentos y espectrales
Buscando la tórrida batalla
Como el perro busca la carne

Desde el otro barco debieron
Darse cuenta de lo que ocurría
Contraatacaron y nosotros también
Le caímos sobre sus espaldas

Fue demasiado, no eran soldados
Solo una peste de carroña animal
Algunos piratas trataron de regresar
Pero solo hallaron la muerte

Dos horas después terminamos
De limpiar las naves de heridos y muertos
No se salvo ningún pirata
Pues los tripulantes deseaban venganza

Parado en el medio de la cubierta
Me acaricie la barba crecida y dije
Llevare el barco hasta la Helade
Y allí venderemos sus tesoros

Una vez allí, lo repartiremos entre todos
Yo llevare la mejor parte pues los libere
De todos modos hay mucho oro
Y ninguno tendrá de que quejarse

Me prometí un corte heleno
En cuanto pisara tierra firme
Luego mire el mar revuelto
Y volví a ser un hombre libre.