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El rincón literario: En el útero

Gritos de desesperación se escuchaban en ese primer momento, pero ahora, con el tiempo como un arma amenazando mi sien, sé que solo eran de miedo, de curiosidad, también de muerte.

Nada pude hacer yo para detenerlo, quizás no fue la mejor manera, quizás sí lo fue; intencionalmente induje al peor hecho que marcaría mi vida para siempre, flagelé mi cuerpo, vacié de él lo que nunca tendría que haber visto, chorros de sangre manchaban lo blanco, como manchaban lo negro que quedaba en mi mente.

Nunca creí en dios, tampoco en la belleza de la vida, pensé que mi mente serviría para todo aquello que necesitara decidir o acceder, pero en ese momento le pregunté a dios y a Belcebú si mi decisión era la correcta; lo juro, agudice mis oídos para escucharlo, abrí aún más mi mente para entender, pero nada paso; sólo el mismo ruido del silencio mortal que en esa habitación rondaba. Mis lágrimas caían al suelo como puntas de carne atacando sobre la carne tangible y tibia, llena de pliegues de un humano la idea de repeler la teoría monótona de la vida, escarbaba desde el punto más humano de mi cerebro, hasta el punto mas animal, el más inmundo, más asqueroso, más oscuro, nada sabía ya, esperaba la muerte.

Siempre viví muerta, intente desde mi ataúd apretar play en el aire, y reencarnar como aquella película que a todos gusto tanto, miles de cadenas y árboles con finas ramas afiladas me lo impidieron, perdí tanta saliva intentando gritar, pero el aire, no quiso llevar mis mensajes, por eso pensaba que me dejaban acá; nadie lograba escuchar mis lamentos, nadie llegaba a oler mis sangre y los desperdicios que iba dejando; de alguna manera, eso me hacia feliz. Me alimentaba de mis lágrimas, sólo ellas me hacían vivir, y de alguna manera incestuosa, penetraban en mí como agua de un cristalino manantial... hasta que me di cuenta de la existencia de la sangre, sangre lloraban mis ojos, y sangre manchaba mi cuerpo, de dolor se cubrían mis piernas, y la amargura ya no me dejaba saciarme con lo dulce de mi existir.

En mi desesperación, o desde mi punto de vista, el encuentro culo cara con la realidad, deje de importarme a mi misma, y repelí todo tabú impuesto por los que no me ayudaban. Viví con la mayor de las tristezas, lo que a los demás les causaría placer, siempre intentando buscar el remedio a mis males, los que mi madre cargo en su vientre y me heredo, permití ultrajes en mi cuerpo, en todo mi cuerpo, sometí mi alma al diablo sin creer en dios, y estaba desesperada por encontrar el maldito perdón del que todos hablan, pero hoy sé, nadie cumple.

Así fue como me encontré de repente siendo dos personas, o seres como quiero llamar, con locura intente matar, romper, caer, no puede, soy buena, no soy mala, mis actos no hablan de mi, tengo corazón aunque ustedes piensen que no, realmente, el mío es puro, no el suyo, y no pude soportar el dolor de heredarlo, y por eso, lo saque de mi, evite el dolor y la depresión, evite la vista a un lado, evite que sea desplazado por la masas, me evite ver sus lagrimas de dolor, me evite viéndolo perder sangre de sus pequeñas muñequitas, evite su locura inminente, rompí con toda la cadena, pude ver como no vera con dolor las palomas volar por su cabeza, como no vera las risas de desprecio en sus mejillas, como no cargara con el peso de todos los males de este mundo en su pequeña y luego grande espalda.

No lo mate, lo juro, estoy encerrada en una pequeña habitación, bebiendo mi sangre, alimentándome de mis propias entrañas, pegándome la cabeza contra los clavos de esta raida pared, estoy depresiva y repulsiva, estoy en el pozo más profundo y oscuro de la vida, estoy picada hasta las rodillas, pero, de alguna manera veo que estoy bien, se, que todo lo que yo paso, logre evitárselo, estoy tranquila... No lo mate, no me juzguen, que no me importa, yo, lo hice vivir, yo, le di la vida que nadie es capaz de darle a nadie, yo, estoy muerta, él esta vivo.

Jade Braim (jade_nofx@hotmail.com)




 
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